Aya Nakamura, la cantante francófona más escuchada en el mundo, cantó el viernes en la apertura de los Juegos Olímpicos de París-2024, tras meses en los que los rumores de su actuación escandalizaron a grupos de extrema derecha en Francia.

De origen maliense, Nakamura lució de rubia para la ocasión y se enfundó en un traje dorado para cantar junto a la Guardia Republicana.

Un popurrí con sus éxitos "Pookie" y "Djadja" junto a reminiscencias al cantante francés Charles Aznavour formaron parte de su acto.

Nakamura, de 29 años, cultiva un estilo entre soul y hip hop, con préstamos de la música actual africana, y los rumores de su actuación en la fiesta olímpica desataron un terremoto en redes.

"Esto es París, no el mercado de Barnako", se leía el marzo en una pancarta difundida en las redes sociales, acompañado de burlas a su estilo y nivel de francés.

Ante la polémica, el presidente Emmanuel Macron salió a apoyarla públicamente.

Nacida como Aya Danioko en Bamako, capital de Mali, en 1995 en una familia de músicos tradicionales, se mudó con sus padres a los suburbios de París cuando era niña.

La cantante está en las lista de mayores ventas en 46 países y lleva cinco años como la artista femenina más reproducida en el mundo.