Mario Daniel Romero, integrante de la Asociación de Excombatientes ADN. /Óscar Machón


Torturas y asesinatos en Managua, mil personas en fosas comunas en la zona Paracentral y una masacre de soldados rendidos y sin armas fueron las acusaciones que realizó ayer el hermano de un excombatiente de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).

Mario Daniel Romero, miembro de la Asociación de Excombatientes ADN, dijo a los diputados que su hermano Lucas, fundador de las Fuerzas Especiales Selectas de las FPL, fue asesinado por las mismas FPL, uno de los cinco brazos armados del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

“Y no solo a él, las FPL asesinó a 1,500 guerrilleros combatientes en el Paracentral, ¡señor, yo fui guerrillero, yo sé! Y, vos, Rudy, bien lo sabés. ¡Aquí no solo el Ejército torturó y desapareció gente, también el FMLN... Solo en el Paracentral, tenemos como a 1,000 compañeros que los queremos sacar de las fosas comunes que las FPL hizo, aparte de como 150 gentes que fueron asesinados y torturados en Managua”, expresó. Enfatizó que él sabía dónde estaban los restos de su hermano y demás víctimas, y que pretenden recuperar los cuerpos para darles sepultura.

“No es justo que todos los criminales del FMLN sigan gozando de impunidad, porque hoy le tienen miedo a la cárcel y hoy más que tienen plata”, exclamó. Acusó al FMLN de la masacre en la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (Fenastras) y de crímenes atribuidos a escuadrones de la muerte.

Como estudiante de artes, dijo, Víctor Zúniga fue capturado y torturado en el cuartel El Zapote y la Guardia. / Ó. Machón


Manuel Antonio Mármol le respondió y le insinuó que él conocía de las muertes: “Él sabe adónde están enterrados, él sabe dónde están enterrados todos, el que vino a decir ‘es que mataron’, él tiene conocimiento exacto, pregúntele a él porque él sabe”. “Que cada quien se haga cargo de sus clavos”, dijo al final de su intervención.

Los diputados escucharon a Víctor Zúniga, un excombatiente del FMLN. Dijo que fue capturado cuando era estudiante del Centro Nacional de Artes el 8 de agosto de 1980. Sostuvo que primero fue llevado al cuartel El Zapote y fue rescatado por Amnistía Internacional en la Guardia Nacional. “Comenzaron los choques eléctricos en mis pies, mis dedos y mis manos, en mis oídos, mi boca, me quebraron los dientes, la nariz. Fumaban puros, me quemaban... Después de horas de estar colgado, me amarraron en una tabla, me metieron en una poza de agua”, dijo entre sollozos.

Cada testimonio o intervención era distinta. Los diputados seguirán recibiendo a las víctimas y familiares hasta mañana. Después de esta jornada, han prometido redactar una ley de reconciliación que muestre que los han escuchado.