La torre presentaba fisuras en las escaleras. / Diego García


La Fundación Benjamín Bloom finalizó en septiembre pasado los trabajos de remoción y pintura de la torre del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, misma que no había sido intervenida desde 1991, según Mauricio Lima, director de la fundación.

“Nosotros decidimos hacer un donativo para la pintura del hospital, pero cuando empezamos a pedir un presupuesto nos dijo la compañía Sherwin Williams que, al subirse a los andamios para ver cómo estaba la pintura, se dieron cuenta que habían ciertas fisuras en la estructura de las escaleras; eso nos preocupó y mandamos a hacer un estudio exhaustivo y se pidió que viniera un ingeniero experto en terremotos de México”, explicó Lima.

Durante el estudio, detalló que también se encontraron resquebrajamientos en los “tapasoles”, que debían repararse antes de pintar el edificio.

“Se invirtió una gran cantidad en quitar repello, en reconstruir, poner epóxico para poder realmente quitar esa grieta que existía y que quedara nuevamente con la funcionalidad que tenía”, indicó.

En total, los trabajos comprendieron una inversión de $181,617.46, de cuyo monto la empresa Sherwin Williams donó $5,000.

El viceministro de Salud, Carlos Alvarenga, señaló que “la reparación y pintura no es solo un aspecto estético”, sino un símbolo de lo que “representa para nosotros la salud”. Agregó que para construir país “todos debemos colaborar” y destacó la figura de Nicolas Astacio Soria, quien fue presidente de la Fundación Benjamín Bloom por más de 25 años.