Ante la crisis de precios en el mercado internacional, los ingenios y centrales azucareras de El Salvador se plantean diversificar su producción para crear biocombustibles a base de caña de azúcar, indicó ayer el presidente de la Asociación Azucarera de El Salvador (AAES), Mario Salaverría.

La idea de crear combustibles con la melaza se fundamenta en una de las recomendaciones de un estudio técnico sobre el sector dirigido por la empresa brasileña Plínio Nastari Consultoria e Participações, publicado en 2018.

El documento establece que la industria azucarera de El Salvador tiene una dependencia creciente del mercado internacional, por lo que la producción de etanol para combustible “podría ayudar a absorber el excedente de azúcar en momentos de sobreoferta y precios bajos”.

Los azucareros retomaron esta recomendación y alistan su propuesta para el Gobierno a fin de crear un programa de producción de etanol, que se obtiene mediante la fermentación de granos u otros productos ricos en azúcares y almidón. Este recurso es utilizado como biocombustible al diluirlo en las gasolinas convencionales.

“Queremos aumentar el valor agregado de nuestra producción, y la única manera es con exportaciones a precios preferenciales y cuotas bajo tratados comerciales; o bien, la diversificación con productos como etanol y la generación de energía”, indicó Salaverría durante el congreso “Innovación y sostenibilidad de la agroindustria azucarera en El Salvador”, de la Asociación de Técnicos Azucareros de El Salvador (Atasal).

De acuerdo con el estudio, el costo agrícola e industrial por cada tonelada de caña producida durante la zafra 2017/2018, fue de $54.02, excluyendo el costo capital. Al vender en un mercado externo depreciado, el ingreso neto por tonelada de caña sin diversificarse -es decir, solo azúcar cruda y melaza-, ronda los $52.12, sin siquiera sufragar el costo medio de producción.

En cambio, indica el informe, al agregar la diversificación para producir etanol, el ingreso neto por tonelada de caña aumenta a $59.05; es decir, $6.93 (13.2 %) más.

Mayor inversión

Para vender biocombustible, indicó Salaverría, el sector azucarero requiere de un programa gubernamental para incentivar la producción de etanol, debido a que solo uno de seis ingenios en El Salvador produce alcohol industrial.

“Será necesaria mayor inversión por parte de los ingenios, pero evidentemente esto incentivará más la producción local y generará mayor necesidad de mano de obra”, favoreciendo el incremento de empleos, añadió.

La zafra 2018/2019 cerró con una producción de 17.13 millones de quintales de azúcar, el nivel más alto en los últimos seis años; sin embargo, las exportaciones hasta junio cayeron en $21.6 millones en comparación a 2018.

Con la propuesta no solo se dinamizaría una industria golpeada por la sobreoferta, sino que disminuiría la importación de gasolina y diésel, ahorrando divisas para el país, dijo.

Países como Brasil mezclan un 35 % de etanol con sus combustibles, reduciendo la emisión de gases de carbono y mejorando el rendimiento de los vehículos y sus motores.