Esta iniciativa resume la aspiración compartida por la generalidad, de contar con un verdadero plan de nación, ajeno a los intereses meramente partidarios y electorales, que resuma las grandes tareas de los actuales y futuros gobernantes.
Dotar de solidez técnica y sustento académico a las acciones a corto y mediano plazo que el país demanda, vendría a dotar a estas de suficiente efectividad, pero también de la legitimidad necesaria para alcanzar sus metas.
Un desarrollo económico más inclusivo, una mayor solidez de las instituciones y de los principios que las sostienen y un verdadero aprovechamiento de la ubicación estratégica de El Salvador en el mundo, son factores que para ser articulados necesitan de un verdadero plan de desarrollo.
Ojalá esta iniciativa venga acompañada de mecanismos de participación ciudadana y transparencia institucional, que hagan de los ciudadanos no solo destinatarios o beneficiarios, sino que también partícipes de su propio destino. Hacemos votos para que este plan dé frutos y como pronosticó el mandatario, dé un giro positivo al futuro del país.