Estados Unidos ha sido el más contundente en sus expresiones pero voces desde virtualmente todo el mundo han estado expresando su preocupación por los acontecimientos políticos del fin de semana en El Salvador que llevaron a la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional y el fiscal general.

La imagen de El Salvador ha estado en cuestionamiento estos días y hay repetidos llamados y advertencias no solo de Estados Unidos sino también de la Unión Europea, el Reino Unido y varias organizaciones multilaterales como Naciones Unidas -tan involucrada en El Salvador en lograr la paz tras la guerra civil que sufrimos- y la Organización de los Estados Americanos.

El gobierno y el partido oficial parece decidido a no escucharlos y el presidente ha dejado claro que no va a revertir su decisión tomada ni las decisiones que estarían por tomar en los próximos días.

En Estados Unidos es llamativo que la preocupación es bipartisana. Tanto demócratas como republicanos han expresado su preocupación o su rechazo a las destituciones, pero lo que más debemos poner atención como país son los llamados a cesar la cooperación bilateral, lo que sin duda afectaría al país y a los beneficiarios de esos proyectos. La cooperación estadounidense es vital para temas de seguridad pública, por ejemplo.

Pero no hay que olvidar que la relación con Estados Unidos es especialmente importante para los salvadoreños, pues es nuestro principal socio comercial y además, el hogar de un tercio de los connacionales, así como el origen principal de las remesas, vitales para nuestra sobrevivencia.