Tan solo unos días antes, una investigación periodística había revelado que Alba Petróleos era parte de una red criminal global relacionada a la petrolera nacional venezolana PDVSA que vincula a varias empresas de fachada, líderes políticos aliados de la región, élites económicas y organizaciones criminales, desde El Salvador hasta los Estados Unidos, Rusia a Hong Kong y varios paraísos fiscales financieros.
La Fiscalía ha hecho docenas de allanamientos y es un caso emblemático que deja varias aristas, desde la intervención del régimen venezolano en oscuros negocios y financiamientos electorales dentro de El Salvador, hasta el enriquecimiento súbito y oscuro de algunos personajes públicos que merecen ser investigados con sumo rigor.
El cuento de Alba Petróleos era demasiado bueno para ser verdad y los hechos han terminado demostrándolo. Es vital que la Fiscalía lo deje como un caso ejemplar para que no lo volvamos a ver repetido en ninguna otra administración gubernamental.