Este martes empezaremos a experimentar la “nueva normalidad” que no es más que intentar convivir con la pandemia de coronavirus en una realidad compleja en todo sentido. Una gran parte de la población volverá a sus trabajos bajo condiciones jamás experimentadas y con el evidente temor del contagio.

Para esta fase es fundamental una intensa y amplica campaña educativa del Ministerio de Salud. Una campaña intensa e incansable sobre medidas de prevención y que llegue hasta los últimos rincones donde los salvadoreños no tienen redes sociales y a veces ni siquiera un televisor.

En los trabajos, no se debe tolerar tampoco la actitud de “no me pongo la mascarilla porque me incomoda” porque a todos nos incomoda pero la usamos para protegernos y proteger a aquellos que están alrededor nuestro, así que no consienta irresponsabilidades.

La gente necesita trabajar, es cierto. El país necesita productividad, ingresos, es cierto. El Gobierno necesita de la actividad económica para recaudar impuestos, cumplir sus responsabilidades y tener recursos para la pandemia. Todo eso es cierto. Pero la única forma que podemos contribuir nosotros los ciudadanos de a pie es precisamente manteniéndonos sanos, cumplir las medidas de prevención, debemos tomar conciencia que no la nueva normalidad no es volver a la vida como la conocíamos antes de la pandemia.

Y en este sentido, el cuidado debe ser de todos. Los adultos que enfrentamos riesgos por nuestra salud pero también los jóvenes que pueden ser asintomáticos o verse afectados solo levemente pero que igual pueden ser vehículos transmisores para sus padres, sus abuelos y la comunidad entera. Debemos convivir con la pandemia, pero con absoluta responsabilidad e inteligencia.