La canciller Alexandra Hill hablaba el viernes en Washington sobre el notable giro de la administración Bukele en torno a la relación con los Estados Unidos, un tema fundamental para los salvadoreños que vivimos en el país y nuestros compatriotas de la diáspora.

Era un verdadero absurdo el alineamiento ideológico de las administraciones del FMLN con las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y el intento de justificar las terribles violaciones a los derechos humanos que cometen. En ese sentido, como dijo la canciller, la diferencia es como de blanco y negro.

Las administraciones estadounidenses enfriaron la relación con el Gobierno salvadoreño ante ese alineamiento y, de alguna manera, nuestros migrantes se vieron afectados.

El replanteamiento estratégico de la relación con Estados Unidos es vital para los intereses salvadoreños. Es nuestro principal destino de exportaciones, es el hogar de un tercio de nuestros connacionales, y estamos en una esfera de influencia en la que confrontar con la potencia del Norte es ridículo.

Pero esa cercanía debe ser aprovechada para atraer inversiones, proteger a nuestros migrantes y recibir cooperación en asuntos urgentes como el combate a las pandillas y el narcotráfico.