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Las especies de aves nocturnas que migran en primavera parece que están pasado por determinadas paradas antes de cuando lo hacían hace 20 años, lo que se atribuye al cambio climático.

Según publican en la revista 'Nature Climate Change', investigadores han comprobado que la temperatura y el momento de la migración estaban estrechamente coordinados, y los mayores cambios en el momento de la migración ocurrieron en las regiones que se calentaron más rápidamente. Sin embargo, estos cambios fueron menos evidentes en otoño.

Kyle Horton, de la Universidad Estatal de Colorado (CSU); con el experto en inteligencia artificial Dan Sheldon, de la Universidad de Massachusetts Amherst, y Andrew Farnsworth, del Laboratorio de Ornitología de Cornell, describen cómo analizaron 24 años de radar datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) para este estudio de la migración nocturna de aves.

Horton describe la amplitud de la investigación, que observó los comportamientos migratorios nocturnos de cientos de especies que representan miles de millones de aves, como "fundamentales" para comprender y aprender más respuestas sobre los patrones migratorios cambiantes.

"Ver cambios en el tiempo a escalas continentales es realmente impresionante, especialmente teniendo en cuenta la diversidad de comportamientos y estrategias utilizadas por las muchas especies que capturan los radares", señala, y agrega que los cambios observados no necesariamente significan que los migrantes mantengan el ritmo del cambio climático.

Farnsworth asegura que la investigación del equipo responde, por primera vez, preguntas clave sobre las aves y el cambio climático.

"La migración de aves evolucionó en gran medida como respuesta al cambio climático --explica--. Es un fenómeno global que involucra a miles de millones de aves anualmente. Y no es una sorpresa que los movimientos de las aves sigan los cambios del clima. Pero cómo responden las agrupaciones de poblaciones de aves en una era de cambios rápidos y extremos en el clima era una incógnita. Capturar escalas y las magnitudes de la migración en el espacio y el tiempo han sido imposibles hasta hace poco", puntualiza.