El primer ministro británico y anfitrión del encuentro, Boris Johnson, dio la noticia al término de su cumbre de tres días en el suroeste de Inglaterra. /AFP.


El G7 adoptó formalmente este domingo un plan para donar 1,000 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus hasta finales de 2022 a países desfavorecidos, en un intento de las grandes economías por corregir las marcadas desigualdades mundiales en materia de vacunación.

El primer ministro británico y anfitrión del encuentro, Boris Johnson, dio la noticia al término de su cumbre de tres días en el suroeste de Inglaterra.
Me complace anunciar que este fin de semana los líderes han prometido más de mil millones de dosis" de vacunas del covid-19 "ya sea directamente o mediante financiación del (programa internacional) Covax". Afirmó Johnson.









Los líderes del G7 se comprometieron el domingo a ayudar al mundo a atajar la pandemia de coronavirus, frenar el cambio climático y enfrentar los desafíos planteados por China y Rusia, en la clausura de una cumbre que buscó mostrar su renovada unidad.

Al término de tres días de intensa agenda en su primer encuentro en persona en casi dos años, en una idílica playa del suroeste de Inglaterra, los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, publicaron una ambiciosa declaración de intenciones.

Vacunas, recuperación y derechos humanos.


La cumbre abordó también la respuesta a la pandemia con una declaración para ayudar a prevenir futuras crisis sanitarias y la promesa de donar mil millones de vacunas del covid-19 a países desfavorecidos, empezando este agosto y terminado en 2022.

Pero no faltó quien les recordara que se necesitan once veces más para inocular al mundo contra un virus que ha matado a 3,7 millones de personas.
Creo que esta cumbre pasará a la historia como una oportunidad perdida cuando necesitábamos 11.000 millones de vacunas, y sólo nos han ofrecido un plan para mil millones", fustigó el ex primer ministro laborista británico Gordon Brown.

Por su parte, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, hizo hincapié en la necesidad de ayudar a los países en desarrollo a remontar la crisis económica provocada por el coronavirus, advirtiendo sobre el riesgo de que haya "recuperaciones peligrosamente divergentes".

En este sentido, el G7 anunció un plan impulsado por Estados Unidos para ayudar a los "países de renta baja y media", desde Latinoamérica hasta el Pacífico, a recuperarse de la pandemia, con el desarrollo de infraestructuras centradas en el clima, la salud, el mundo digital y la lucha contra la desigualdad.

Bautizado "Reconstruir el mundo mejor" y estimado en cientos de miles de millones de dólares, tiene como claro objetivo contrarrestar un proyecto chino denominado "nuevas rutas de la seda", consistente en grandes obras en el extranjero.

G7 pidió también un estudio más profundo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los "orígenes del covid-19", con la participación de China, a quien urgió por otro lado a "respetar los derechos humanos" en la región de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, y en Hong Kong, donde Pekín ha reprimido a los defensores de la democracia.

Llamó asimismo a Rusia a poner fin a sus "actividades desestabilizadoras", incluyendo la injerencia en los sistemas democráticos de otros países y los ciberataques con programas de robo de datos atribuidos a grupos de ese país.

E instó a Moscú a cumplir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, investigado "urgentemente" el uso de armas químicas en su territorio y poniendo fin a "su represión sistemática de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes".