La reina del pop Madonna se mostró determinada a cantar en la final de Eurovisión, el 18 de mayo, pese a los llamados a boicotear el festival, que este año se celebra en Israel, por el conflicto con Palestina.

“Nunca dejaré de tocar mi música para complacer la agenda política de otro, así como nunca pararé de hablar contra las violaciones de los derechos humanos sin importar en qué lugar del mundo ocurran”, dijo la cantante en un comunicado citado por la prensa estadounidense.

Sus productores anunciaron en abril que Madonna interpretaría dos canciones, una de ellas inédita, en el festival de Eurovisión, que se celebra este año en Tel Aviv tras la victoria de la cantante israelí Netta Barzilai en 2018.

La celebración del festival en Israel generó fuerte rechazo y un llamamiento a no acudir a la cita por parte de la organización BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), de origen palestino, que lidera una campaña internacional contra la ocupación israelí de territorios palestinos.

Unas 50 personalidades británicas, incluido el cantante Peter Gabriel y el cineasta Ken Loach, se unieron a la protesta contra la “violación sistemática de los derechos de los palestinos por parte de Israel”.

“Mi corazón se rompe cada vez que oigo hablar de vidas inocentes que se pierden en esta región”, señaló Madonna en su comunicado. “Y de la violencia que tan a menudo se perpetúa para adaptarse a objetivos políticos de personas que se benefician de este antiguo conflicto”.

“Espero y rezo para que pronto nos liberemos de este terrible ciclo de destrucción y creemos un nuevo camino hacia la paz”, añadió.