Desde el fin de semana están en alerta roja. / DEM


Más de 1,000 privados de libertad en fase de confianza están confinados, sin poder realizar trabajo comunitario, que normalmente hacen a cambio de su reducción de penas.

El pasado viernes 13 de marzo, las autoridades penitenciarias decretaron alerta roja sanitaria en los 19 reclusorios, para evitar el contagio de coronavirus.

Los internos favorecidos con los programas sociales están asignados a trabajos de remodelación de los puestos policiales, hospitales, unidades de salud, escuelas, calles, parques, incluso en la construcción de las viviendas para los habitantes de la finca El Espino, en Antiguo Cuscatlán.

Una fuente de Centros Penales explicó que la medida se tomó para prevenir contagios al interior de los penales.

Según las autoridades penitenciarias, las tres vías que pudieran contagiarse los reos es a tráves del ingreso reciente o nuevo ingreso de reos; a través del personal administrativo o de seguridad, o personal que brinda el servicio de alimentación.

“ Tengan por seguro que estamos haciendo todo lo humanamente posible por resguardarlos a todos y sabemos que si un centro penal cae, posiblemente sea un foco de infección para toda la sociedad y eso no los vamos a permitir”, dijo el director Osiris Luna.

La cuarentena en que se encuentran los más de 35,000 internos no permite visitas familiares, a excepción de la visitas legales, previa evaluación médica.

Luna confirmó que al interior del penal de Apanteos, los reos están fabricando alcohol gel y mascarillas para uso del personal de seguridad, médicos, enfermeras y personal administrativo.

Ayer, el director de Centros Penales desistió de una solicitud a la Corte Suprema de Justicia y a los jueces de vigilancia penitenciaria para que liberen a los reos con enfermedades crónicas y mayores de 60 años de edad.