Cada cierto tiempo conocemos de historias de éxito de salvadoreños que han hecho su vida en el exterior y han destacado en sus entornos, generando un natural orgullo para el país. Los hay desde un astronauta hasta actrices, científicos, médicos, economistas, deportistas, profesionales de diversas ramas.

Esta semana publicamos la historia de Rocío Ibarra, una actriz originaria de Ahuachapán que destaca en Estados Unidos. Hace una semana también publicamos la historia de una cantante hija de salvadoreña y hace unos meses relatábamos la orgullosa trayectoria de un director de orquesta en Europa. Hay muchos salvadoreños por los qué hay que sentirse orgullosos.

Lamentablemente, de vez en cuando también hay malas noticias sobre algunos salvadoreños metidos en problemas con la ley, especialmente relacionados con pandillas, lo que ha causado serios problemas para la imagen de nuestros connacionales en Estados Unidos. Las pandillas nos afectan dentro y fuera del país,

Pero por cada pandillero que deja muy mal el nombre de El Salvador, hay docenas de salvadoreños e hijos de salvadoreños nacidos en el exterior que trabajan duro y destacan en sus entornos, lo que hay que hacer es crear algún tipo de programa para aprovechar sus conocimientos y recibir aportes importantes para su tierra o la tierra de sus ancestros.