Foto archivo DEM.


 

“Santos de la puerta de al lado en este momento difícil” y como “héroes” calificó el papa Francisco a los médicos, religiosas y sacerdotes en plena pandemia de coronavirus. También reconoció el esfuerzo que realizan los “operarios” que cumplen con sus labores para que la sociedad siga funcionando.

El jerarca de la iglesia católica concedió recientemente una entrevista a distancia al periodista británico Austen Ivereigh, publicada este día por cuatro medios, entre ellos el periódico ABC. Esta es la primera que brinda en medio de la actual crisis por el COVID-19 y habló sobre la situación que atraviesa el mundo.

“Rezo más, porque creo que debo hacerlo y pienso en la gente. Es algo que me preocupa, la gente. Pensar en la gente a mí me unge, me hace bien, me saca del egoísmo”, respondió Francisco sobre cómo está viviendo espiritualmente este momento.

El pontífice hizo énfasis en las miles de muertes que la pandemia ha dejado a su paso, entre ellos religiosos, solo en Italia han perecido 96 sacerdotes y alrededor de 70 médicos a causa del virus.

“Se gastaron su vida sirviendo a los demás”, recalca Francisco y también recuerda que Dios nunca deja a medias un milagro, en busca de enviar palabras de alivio en este difícil momento.

“Dios no deja las cosas a mitad de camino. Somos nosotros los que las dejamos y nos vamos. Es un lugar de metanoia (conversión) lo que estamos viviendo, y es la oportunidad de hacerlo. Hagámonos cargo y sigamos adelante”, añadió.

El pontífice también envió un mensaje a los adultos mayores, uno de los grupos de la sociedad que es considerado de los más vulnerables al COVID-19, a los jóvenes y también a las personas afectadas por la crisis económica desatada por la paralización.

“Los ancianos siguen siendo raíces. Y deben hablar con los jóvenes. Esa tensión entre viejos y jóvenes tiene que resolverse siempre en el encuentro. Porque el joven es brote, follaje, pero necesita la raíz; si no, no puede dar fruto. El anciano es como raíz. Yo les diría a los ancianos de hoy: «Sé que sienten la muerte cerca y tienen miedo, pero miren para otro lado, recuerden a los nietos, y no dejen de soñar»”, expresó.

A los jóvenes, en específico los instó a “mirar hacia adelante”. Además hizo un llamado en general a no olvidarse de los ancianos, hacerse cargo de “los despojados” en este duro momento.

El papa insistió en la necesidad de que hoy más que nunca estar más cerca de Dios y considera que “la creatividad del cristianismo se tiene que manifestar en abrir horizontes nuevos, en abrir ventanas, abrir trascendencia hacia Dios y hacia los hombres y redimensionarse en la casa”.

También dijo estar preocupado por los nuevos “Judas institucionalizados”, escondidos por dinero y que están pensando más en el efecto económico de la pandemia. Resaltó que la cuarentena que ha sido aplicada en algunos países ha dejado al descubierto de qué algunos gobiernos “están dispuestos a sacrificar el bienestar el bienestar económico para el beneficio de los más vulnerables” y, además, evidencia el nivel de exclusión que “antes se consideraba normal y aceptable.”

“Es cierto, algunos gobiernos han tomado medidas ejemplares con prioridades bien señaladas para defender a la población. Pero nos vamos dando cuenta de que todo nuestro pensamiento, nos guste o no nos guste, está estructurado en torno a la economía. En el mundo de las finanzas parece que es normal sacrificar”, criticó.