Hace cuatro años, comenzamos a soñar con recuperar un parque emblemático para todos los salvadoreños. Con el importante apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Alcaldía de San Salvador y Glasswing International, iniciamos la tarea de hacer el sueño realidad con el proyecto de remodelación del Parque Cuscatlán, un parque verde urbano, localizado en los límites del Centro Histórico de San Salvador. En 2017, The Howard Buffett Foundation conoció el proyecto y decidió financiarlo. El objetivo era mejorar la seguridad ciudadana, pero, en el cumplimiento de esta meta, se ha logrado mucho más: se inició una alianza público privada provechosa y se abrió la posibilidad de activar un espacio para lograr un uso más equitativo del espacio público.

Ayer, abrimos las puertas del Parque Cuscatlán a todos los ciudadanos y, con ello, abrimos oportunidades culturales, ambientales y deportivas. El Parque Cuscatlán - que en este año cumplió 80 años desde su fundación - es el parque más grande de San Salvador con 70,000 m2 de extensión y ha sido, desde 2015, una gran motivación para que actores públicos y privados unan esfuerzos, colaboren y persigan una meta colectiva: la remodelación de un espacio común en el que los salvadoreños podamos encontrarnos sin etiquetas, sintiéndonos seguros con nuestras familias.

Para remodelar y abrir el parque, los diferentes actores hemos debido trabajar en conjunto, hacer concesiones, negociar y poner nuestras diferencias a un lado para pensar en el bienestar de la mayoría. Al ver el Parque Cuscatlán renovado para recibir a miles de visitantes, debemos reconocer el enorme valor del trabajo coordinado de estos aliados. Sin embargo, es innegable que esta alianza aún necesita consolidarse, sobre todo, de cara al enorme reto que se viene: una activación que permita lograr una genuina convivencia para la ciudadanía, una en la que todos nos sintamos incluidos.

Desde hace un año, hemos trabajando en una estrategia de contenido que incluye actividades culturales, deportivas y de educación ambiental que agreguen más valor social al Parque. Para dar continuidad a esta visión, hemos creado la Fundación Parque Cuscatlán como una forma de garantizar que las familias de hoy y las futuras generaciones disfruten de un espacio para la sana convivencia. Otros actores como la Universidad Tecnológica de El Salvador, Fundación Poma, el Centro Cultural Salvadoreño Americano, entre otros, se han unido para diversificar aún más la agenda del Parque. Con el tiempo, esperamos que todas estas actividades hagan del Parque Cuscatlán un lugar por el cual todos podamos sentir arraigo y orgullo.

La Alcaldía de San Salvador, por su parte, ha trabajado en la conformación de un equipo de trabajo que administre las instalaciones y dé mantenimiento y seguridad al parque. La Policía Nacional Civil (PNC), a través de la Policía de Turismo (POLITUR), también está resguardando el Parque, lo que ha implicado cambiar paradigmas en relación al espacio público y el rol de los cuerpos de seguridad. La PNC y el Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) se han entrenado en conjunto para adaptar sus formas de trabajo, gracias al aporte de los proyectos de USAID. Adicionalmente, estas iniciativas han trabajado con los vecinos de la zona para que el Parque cobre vida y ofrezca servicios de valor a sus habitantes más inmediatos. Con estas acciones, esperamos generar un sentido de pertenencia que ayude a crear la Cultura Cuscatlán, una cultura ciudadana de co-responsabilidad. Esto, por supuesto, necesita tiempo, constancia y persistencia para provocar cambios positivos en el mediano y largo plazo.

En ese sentido, la consolidación de la alianza entre la Alcaldía y los demás actores de la sociedad civil, como la Fundación Parque Cuscatlán, se vuelve imprescindible para la sostenibilidad del proyecto. Además, los resultados de esta alianza público privada constituyen una oportunidad para crear un modelo de recuperación de espacios públicos para el Área Metropolitana de San Salvador, donde más de 2 millones de salvadoreños buscan estudiar, trabajar y mejorar su calidad de vida.

Ayer, abrimos el Parque Cuscatlán y, con ello, iniciamos una nueva etapa para esta alianza. Tenemos la responsabilidad de persistir en conciliar nuestros quehaceres para seguir construyendo un legado que resista el paso del tiempo y los cambios en la administración pública porque, como salvadoreños, merecemos un mejor futuro y, para obtenerlo, necesitamos actuar hoy.