El precio de los bonos de El Salvador en el mercado internacional sigue deteriorándose desde su caída en mayo.

La baja obedece a una mezcla de factores económicos y políticos que rebajan la confianza de los inversionistas sobre el futuro de la economía.

Rommel Rodríguez, investigador del área macroeconómica y de desarrollo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), explicó que las emisiones tuvieron su primera afectación después del 1 de mayo cuando la nueva Asamblea Legislativa destituyó al fiscal general y los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

“Hubo una reacción de los inversionistas a esos sucesos políticos, ahora con el bitcoin están un poco más abajo y como resultado se ha exacerbado el nivel de riesgo”, valoró.

Junto con la caída del valor de las emisiones, resienten los comentarios hechos por la banca internacional, las agencias calificadoras de riesgo, las instancias de regulación internacional del sistema financiero mundial y de parte de la academia que ven con recelo la introducción del bitcoin como moneda de curso legal desde el 7 de septiembre.

En opinión del investigador de Funde, estos temores podrían disiparse hasta concretarse un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual se anunció oficialmente en marzo y que tanto el Ejecutivo como el mulltilateral han confirmado que continúan.
De no concretarse un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional puede dar paso a una baja en la calificación por un riesgo exacerbado”, Rommel Rodríguez, Investigador de Funde

“De no concretarse un acuerdo con el FMI puede dar paso a una baja en la calificación por un riesgo exacerbado. Es importante que las autoridades informen como se dan las discusiones con el FMI y se tomen medidas para mitigar los riesgos en el sistema financiero que puedan derivar del uso del bitcoin como moneda de curso legal”, dijo Rodríguez.

Todas las emisiones listadas han mostrado afectaciones y por ejemplo, la de 2025 se cotizaba en $103.74 el 30 de abril y cayó a $96.80 el 3 de mayo, pero al 7 de julio cerró en $91.90. Es decir, tiene una baja acumulada de 12 %.

En tanto, la de 2050 cerró el 30 de abril (antes de la crisis política) en $95.89, pero bajó hasta $87.52 tras las destituciones en la CSJ y la fiscalía, pero bajó cerró $84.99. En este caso la variación acumulada es de poco más del 11 %.



Rodríguez valoró que la situación tiene implicaciones de largo plazo y que los bonos siguen tranzándose en el terreno especulativo.

“El premio por riesgo es mayor para los inversionistas. Los que tienen más apetito de riesgo estarán interesados en comprar esos bonos, pero pueden perder la inversión. Sin embargo, si saliéramos en este momento las emisiones nuevas de deuda serán a una tasa más alta y por tanto tendríamos que pagar más intereses por esa deuda y eso mas tarde o más temprano sino hay una evolución sólida de la economía se traducirá en un aumento de impuestos”, anticipó.

Esta situación también se refleja en el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) medido por JPMorgan Chase que en mayo estaba en 5.38 %, se elevó hasta 6.49 % el 3 de mayo y al cierre del martes 6 de julio estaba en 7.60 %, un incremento de 2.22 puntos porcentuales y se mantiene alejado del promedio de la región.