Como lo habíamos comentado en una columna anterior, las mutaciones entre los virus, es lo esperado y normal.

Dejarían de ser virus, si no estuviesen constantemente evolucionando y modificando sus características genómicas.

A mayor circulación del virus entre los humanos, mayor cantidad de mutaciones. Y precisamente es lo que estamos experimentando en estos momentos.

De ahí que la distribución equitativa de las vacunas, que no se ha visto hasta el momento, es en el mejor interés de los países ricos acaparadores de las mismas.

De lo contrario, si se sigue permitiendo la libre circulación del virus en los países pobres, la pandemia seguirá afectando al mundo entero, incluidos nuestros “hermanos” ricos de latitudes nórdicas.

La prueba más reciente, lastimosamente lo estamos viendo en un país africano. En ese país se ha identificado una nueva variante, llamada B.1.351. La variante sudafricana lleva una mutación, denominada N501Y, que parece hacerla más contagiosa o fácil de propagar.

Otra mutación, denominada E484K, podría ayudar al virus a esquivar el sistema inmunitario de una persona y podría afectar a la eficacia de las vacunas contra el coronavirus.

En respuesta a esta posibilidad, una universidad de dicho país realizó un pequeño estudio que incluyó a 2,000 personas con una edad media de 31 años y vacunadas con la vacuna de Oxford/Astrazeneca.

Este estudio sugiere que la vacuna de Oxford/AstraZeneca no evitará que las personas enfermen si contraen la variante sudafricana del covid-19, según han confirmado los investigadores, que advierten de que el enfoque de las vacunas debe pasar de la inmunidad de la población a la protección de los individuos contra la hospitalización y la muerte.

Aunque el estudio, debido al limitado número de participantes, no es conclusivo, sí obliga a realizar estudios más amplios, incluyendo no solo un número mayor de personas, pero también con ampliación de grupos etarios. En respuesta al estudio, el gobierno sudafricano suspendió hasta nuevo aviso, la utilización de esta vacuna en su esquema de vacunación contra el covid-19.

Algunos expertos virólogos y salubristas expresaron su inconformidad con las medidas del gobierno de dicho país, considerando las características del estudio y su limitada evidencia con relación a la utilidad de esta vacuna en específico.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud público un comunicado el día de ayer, en el cual manifiesta que “Lo que nos dicen estos resultados es que tenemos que hacer todo lo posible para reducir la circulación del virus y retrasar la aparición de mutaciones que puedan reducir la eficacia de las vacunas existentes”.

Adicionalmente, dicha organización expresó que continuará distribuyendo dicha vacuna a través del mecanismo COVAX.

Este mecanismo distribuirá próximamente una cantidad substancial de esta vacuna al gobierno de El Salvador, por lo menos para cubrir al 2 0% de la población salvadoreña. Según la OMS, la vacuna de Oxford-AstraZeneca ha demostrado ser eficaz y ha recibido la aprobación regulatoria de varias autoridades regulatorias estrictas. Con ello, y de una manera diplomática dicha institución deja entrever que la reacción del gobierno sudafricano es excesiva e impulsiva.

En conclusión, la mayoría de las fuentes científicas consultadas para la realización de esta nota, coinciden en que estamos ante la posibilidad de que las diferentes mutaciones del virus podrían en determinado momento obligar a las compañías productoras de vacunas a modificar la composición de ellas, pero que al momento parece muy temprano para sacar conclusiones sobre la efectividad o no de la vacuna de Oxford-Astrazeneca ante la variante sudafricana.

Todo parece indicar, que su utilización en nuestro país no debería afectar por el momento, los niveles de protección de nuestra población.