Dichos retos coinciden plenamente con tres de los “Objetivos para un Desarrollo Sostenible” que constituyen un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad. Éstos incluyen aspectos esenciales como la educación de calidad, ciudades y comunidades sostenibles, así como el contar con sociedades en “paz, justicia e instituciones sólidas”.
Todas estas metas configuran el mínimo de las aspiraciones colectivas a trabajar con recursos generalmente limitados, enfrentando retos y obstáculos que solo el diálogo y la inclusión pueden resolver. Nuevas formas de pensar, trabajar y organizarse son las que podrían hacer posible romper con el círculo de impunidad, pobreza y exclusión que ha caracterizado a nuestro país durante tantos años.
Es demasiado pronto para identificar en su totalidad la apuesta social del nuevo gobierno, pero la necesidad de priorizar las acciones, permitirá a los ciudadanos contar con un panorama general sobre los logros a esperar y el camino que toca emprender.