El riesgo de inversión en deuda soberana salvadoreña se mantiene a la baja desde el 29 de octubre de 2020, cuando el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) alcanzó el 9.46 %.


Al 2 de marzo, este índice cerró en 5.89 %, una cifra 3.57 puntos porcentuales menos que la marca de octubre y es 4.60 puntos porcentuales inferior que el récord que alcanzó el pasado 22 de mayo: de 10.49 %, cuando tuvo el mayor nivel desde octubre de 2007, fecha en la que se comenzó a revisar con la herramienta creada por el banco de inversión estadounidense J.P. Morgan Chase.




A pesar de esta baja en el riesgo (...) lo que los mercados esperan es que el Gobierno de El Salvador no salga a emitir en un futuro cercano", Luis Membreño, Economista



La baja corresponde -en gran medida- a una corrección del riesgo que viven los mercados a escala global, los que se agitaron con fuerza al calor de la pandemia por los efectos de las cuarentenas en las economías, luego de que tuvieron que acudir en busca de financiamiento para sostenerse ante la parálisis por la inactividad económica.



Al 2 de marzo, dos días después de las elecciones, el riesgo salvadoreño tuvo una baja de 0.36 puntos porcentuales, desde el 6.25 % que registró el 26 de febrero al 5.89 % que tuvo el martes 2 de julio.


El Ejecutivo celebró el martes también una mejora en la ponderación de los bonos salvadoreños que se transan en el mercado tras el triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas y municipales del 28 de febrero.











La bancada oficialista, el partido Nuevas Ideas, podría alcanzar los 56 diputados en la legislatura 2021-2024 lo que facilitará la relación del poder Legislativo con el Ejecutivo y diluir riesgos para gestionar préstamos, por ejemplo.



¿Qué mide?


En el caso del EMBI, aunque la baja es marcada, esta mantiene un ritmo similar al que experimentó entre el 31 de enero y el 26 de febrero, pero además comparte la tendencia que experimentan los indicadores de los países vecinos que si bien todavía no llegan a niveles prepandemia han tenido importantes reducciones.




Vemos que el EMBI ha bajado producto de una reducción en los comportamientos de los mercados internacionales”, Raúl Cardenal, Presidente de Abansa



El EMBI es calculado por J.P. Morgan Chase a partir del comportamiento de la deuda externa que emite cada país. Se destaca que mientras más incertidumbre hay sobre la capacidad de pago de esas obligaciones el valor del indicador es más alto.


El instrumento es una referencia de cuánto podría alcanzar la tasa para nuevas emisiones al que se debe sumar el valor de la tasa de los bonos del tesoro de Estados Unidos en vigor.



“A pesar de esta baja en el riesgo de El Salvador y que han mejorado los bonos, lo que los mercados esperan es que el Gobierno de El Salvador no salga a emitir en un futuro cercano”, dijo el economista Luis Membreño.


El analista reiteró que el mercado espera un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para dar sostenibilidad a la deuda y las finanzas públicas que aún resienten el bache del 2020.


“Es una apuesta a que el Gobierno hará algo responsable. Acciones responsables y no que esto justifique a que el Gobierno salga a emitir”, dijo.


Raúl Cardenal, presidente de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), agregó que la baja del EMBI no solo beneficia a las tasas de futuras emisiones, sino que también alcanza a sectores como la banca.


Valoró que el indicador experimenta una baja impulsado por mejores previsiones para la economía global en la medida que se amplían los programas de vacunación y se controla de mejor forma a la pandemia. “Vemos que el EMBI, en los mercados internacionales, ha bajado producto de una reducción en los comportamientos de los mercados”, dijo.