Los salvadoreños hemos sufrido terremotos, inundaciones, sequías, conflictos armados, epidemias, crisis financieras, inseguridad pública, gobiernos corruptos, políticas lesivas, carestías, pobreza y un sinfín de problemas naturales y creados por la sociedad. Todo lo hemos superado porque somos un pueblo estoico y valiente que hemos superado calamidades y desgracias cuando nos hemos unidos para salir avante y seguir adelante con mucha fe y solidaridad.

Hoy más que nunca tenemos que ser solidarios y unirnos para superar la pandemia del coronavirus (Covid 19). La mejor forma de solidaridad es asumir la prevención como una forma de vida adoptando conductas responsables y siguiendo los consejos de los expertos y replicadas por las autoridades gubernamentales y sanitarias del país.

Quedarse en casa mientras sigue vigente la pandemia es una obligación moral y social. Cumplir con las medidas es vital para evitar la expansión del coronavirus. Recordemos que somos un país endeble en cuanto a la salud pública y por lo tanto debemos protegernos por todos los medios posibles.

Este gobierno, para ser honesto, hasta ahora ha actuado bien en cuanto a decretar casi de inmediato la emergencia cuando apenas se conoció que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia. Se mantiene, con ayuda de los medios de comunicación, una buena campaña preventiva y de concienciación. Muchos han colaborado de buena manera, como la iglesia católica que atinadamente y en contra de su propia esencia tradicional ha suspendido los actos religiosos de la Semana Santa. Aplausos para la iglesia católica que ha priorizado la vida sobre el dogma. Eso fomenta el cristianismo.

Recordemos que a pesar de las redes sociales a través de las cuales muchos insensatos y abusivos elaboran mensajes trastornados, equívocos y malintencionados, la mayoría de los salvadoreños estamos bien informados. Sin embargo, hay muchos que todavía creen y actúan con base a lo que leen en las “fake news” (noticias falsas) que inundan las redes, por eso es elogiable que el fiscal general haya dicho que investigará y procesará a quienes se dedican a la desinformación tras una computadora. Ojalá que lo haga cuanto antes para evitar que dicha práctica nefasta continúe.

El dicho popular dice que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. La historia de la humanidad nos enseña que el mundo entero ha enfrentado pandemias que han sido superadas cuando los Estados se unen y buscan el bien común, pero los salvadoreños no podemos estar esperando que el mundo entero resuelva nuestros problemas. Aquí mismo debemos enfrentar el problema y vencerlo. Al final será el triunfo de todos, cuando la enfermedad se declare debilitada y cuando la ciencia mundial la rebase.

No hay que perder la fe. En estas circunstancias es normal vivir ansiosos y temerosos, pero no debemos caer en acciones negativas como el acaparamiento, la rumorología y el caos, pues podemos entrar en una fase de pánico y eso puede ser letal y extender la pandemia a niveles incontrolables. Muchos productos ya están desabastecidos porque muchos ya acapararon y encarecieron los productos, lo cual no es ser solidario y merece ser sancionado. Los rumores se expanden demasiado rápido y cada vez se distorsionan más y más, mientras que el caos se apodera de las mentes y en ocasiones eso provoca acciones inadecuadas.

Adelante compatriotas. Juntos vamos a superar esta pandemia. No intentemos actuar de manera aislada, egoísta o irresponsable. De mi buena salud depende la buena salud de mi familia y viceversa. De la buena salud de mis vecinos, de mis compañeros de trabajo, de mis parientes, de mis amigos y de mis semejantes en general, depende por mucho mi buena salud. Protejámonos todos y hagamos buen uso de los recursos disponibles. El gobierno ha puesto el sistema 132 para llamar y reportar cualquier caso sospechoso de coronavirus. Es nuestra obligación hacer uso correcto de ese número y si por desgracia llegamos a sentir un síntoma de la enfermedad, actuemos solidariamente y busquemos ayuda médica de inmediato.

Obedezcamos a las autoridades. Como dice la campaña, estamos en emergencia no en vacaciones. Permanezcamos en casa y aprovechemos para leer, hablar, ordenar, compartir con nuestra familia, meditar, orar, informarnos correctamente o entretenernos de manera sana. A veces extrañamos estar más tiempo con los nuestros, pues hoy es el momento.

Confiemos en que pronto la pandemia será superada por el mundo entero y que como dice la canción, “siempre vendrán días mejores” porque la humanidad es estoica y valiente. Amén.