La emergencia generada por la pandemia de coronavirus afecta a todo el rubro turístico de la región. / DEM


Playas desiertas, hoteles de montaña vacíos, comercios cerrados: el nuevo coronavirus golpeó duramente el turismo centroamericano en plena temporada alta, hundiendo a empresas del sector en la incertidumbre de no saber si podrán seguir operando cuando pase la pandemia.

La situación provocada por la Covid-19 es potencialmente devastadora para el istmo, cuyos ingresos dependen en gran parte del turismo, y los gobiernos estudian medidas para atenuar el golpe.

Con excepción de Nicaragua, los países centroamericanos cerraron fronteras y aeropuertos y prohibieron la entrada de extranjeros para contener el nuevo coronavirus, que afecta la temporada más importante del año para el turismo, que se extiende de diciembre a abril con la época seca.

En el departamento salvadoreño de La Libertad, en el Pacífico, las playas apetecidas por los surfistas están desiertas.

En la playa El Zonte, dueños de pequeños hostales recibieron una dolorosa estocada a raíz de las disposiciones gubernamentales, que incluyen una cuarentena domiciliar.

“No voy a sobrevivir esta crisis, tuve que cerrar el hostal porque no se puede atender a clientes y sin ingresos no puedo pagar a mis trabajadores ni pagar mis cuentas”, dijo Marcela Vardú, propietaria del pequeño hostal Black Cat en El Zonte.

Costa Rica, el país que más atrae turistas en Centroamérica, con más de tres millones de visitantes anualmente, también recibe la estocada del nuevo coronavirus.

Para el exministro costarricense de Turismo Mauricio Ventura, “la crisis para las empresas turísticas y sus empleados ya empezó”, por lo que las soluciones gubernamentales “urgen para evitar despidos masivos, aliviar la falta de flujo de caja y evitar el cierre de las empresas”.