La embajadora estadounidense, Jean Manes, recibió ayer un merecido homenaje de la Asamblea Legislativa cuando se acerca el fin de su labor al frente de la legación norteamericana en El Salvador.

En la señora Manes, El Salvador encontró una aliada con muchas ganas de ayudar, una amiga que habló siempre clara y sinceramente, una entusiasta cooperante y una enamorada de nuestras bellezas naturales como se reflejaba en sus visitas al interior del país.

Siempre vimos en la embajadora a una persona preocupada porque El Salvador mejore en todos sus aspectos, por las mujeres, por el futuro de los niños y jóvenes, por el progreso y desarrollo de las comunidades, por la educación, la salud y por el fin de la tramitología, esa pesada carga burocrática que tanto daño le hace al clima de negocios.

Igualmente la señora Manes fue incisiva en el combate a la corrupción, en la necesidad de reforzar la institucionalidad y en la necesidad de un país más seguro para todos, de una sociedad más justa que no tenga que migrar por falta de oportunidades.

El homenaje y las palabras bonitas de los diputados solo son una mínima forma de agradecimiento de lo que tantos salvadoreños de a pie tienen hacia la embajadora y su trabajo. Que sus nuevas misiones sean todo un éxito.