El chef alemán Maximilian Strohe prepara comidas para los trabajadores de la salud en su restaurante Tulus Lotrek, en el distrito berlinés de Kreuzberg, después de que cerró sus puertas debido a la nueva pandemia de coronavirus. Foto AFP.


 

Cuando el restaurante berlinés Tulus Lotrek, con una estrella Michelin, cerró sus puertas por falta de clientes debido al coronavirus, sus propietarios se preguntaron qué podían hacer.

Las autoridades alemanas ordenaron que los cafés y los restaurantes cerraran entre las 15H00 y las 18H00 como máximo. Las clientes fueron desapareciendo y los establecimientos estaban vacíos.

Fue entonces cuando los dos propietarios de este restaurante, que cuenta con una estrella de la Guía Michelin y figura en el Gault & Millau, tuvieron una idea: dejar por un momento la alta gastronomía y preparar comidas gratuitas para el personal sanitario, al borde del agotamiento.

- Donaciones de los proveedores -

"Estuvimos pensando y nos dijimos que esta gente trabajan en este momento 18 horas al día, se caen de sueño en sus despachos o en las salas de espera de los hospitales", explica a la AFP Ilona Scholl, propietaria junto a Maximilian Strohe del Tulus Lotrek, cuyo nombre es un guiño al pintor francés Toulouse Lautrec.

"¿Quién se ocupa de ellos? ¿Cómo hacer para que se alimenten y sigan sanos cuanto más tiempo mejor?", se pregunta.

Con más de 13.000 casos de contagio, las cifras se han disparado en Alemania, que se ha convertido en uno de los países europeos más afectados por la epidemia.

El restaurante ha llegado a un acuerdo con sus principales proveedores que, por otra parte, acumulaban productos que se les estaban caducando en los almacenes.

El establecimiento recibe ahora estas reservas en forma de donaciones.

Tras proponer sus servicios en su página Facebook, las respuestas no tardaron en llegar.

Un servicio de cuidados intensivos de Berlín llamó para decir "¡tenemos hambre!", "¿podéis ayudarnos?", explican los dueños.

Los platos que preparan ahora en el Tulus Lotrek no tienen nada que ver con las refinadas propuestas culinarias de este restaurante, situado en barrio de moda de Kreuzberg.

Normalmente, su menú, de 150 euros (160 dólares), consta de ocho platos, desde la paloma al enebro hasta la miel fermentada, pasando por la remolacha con café y estragón.

Para el personal sanitario, los cocineros preparan sobre todo estofados de carne y verdura. Pero se agradece la ayuda.

"Hoy hemos entregado 50 litros a los doctores y enfermeras del hospital Urban. Nos han dicho: nos irá muy bien en estos momentos", comenta Ilona.

- Cócteles de urgencia -

El restaurante también ayuda a los centros médicos del barrio.

Entre ellos, el de la dentista Dana Weigelt. "Vimos sus mensajes en Facebook y nos pusimos en contacto con ellos. Estamos muy contentos que haya este tipo de iniciativas", dice.

"Trabajamos con una presión muy fuerte", con un alto riesgo de contagio, añade. "Con la cirugía dental, tenemos que estar a 20 cm del paciente, es como la ruleta rusa", explica la dentista.

En el resto del país, restaurante y comercios de alimentación intentan hacer frente a las restricciones de las autoridades preparando productos de entrega a domicilio.

En Bamberg, Baviera, el bar "Schwarze Schaf" (La oveja negra), considerado uno de los mejores de Alemania, propone "cócteles de urgencia". "Las bebidas se entregan en botellas con el hielo aparte", dice el establecimiento.

¿Podrán estas iniciativas seguir si las autoridades alemanas decretan un confinamiento con el cierre total de bares y restaurantes?

"No hay nada seguro", admite Ilona Scholl, "sobre todo que no sabemos si podremos abrir dentro de tres meses o estaremos en quiebra".

De todas formas, "como dice Max, no sé hacer gran cosa, pero sé cocinar", zanja con una sonrisa.