El Salvador debe convertirse en una sociedad donde se valore y respete a las mujeres. Tristemente no es así. El nivel de abusos y maltratos a las mujeres es endémico en El Salvador y repetidamente se ha hablado de la necesidad de educar a hombres y mujeres en el respeto mutuo y desde la infancia misma.

La Asamblea Legislativa aprobó ayer dos importantes reformas a la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV) que van en esa vía. Una de ellas aumenta las penas de prisión de tres a cinco años, para quien distribuya información personal que dañe el honor e intimidad de la mujer. Otra de las reformas incrementa las penas de cinco a 10 años para quien difunda y comparta material pornográfico.

Ambas reformas van por esa vía de fomentar el respeto a las mujeres. De valorar su integridad y su ser. Y eso es positivo. Pero es momento para una profunda reflexión sobre el respeto a las mujeres. Desgraciadamente proliferan las expresiones de violencia e irrespeto en redes sociales contra las mujeres y aunque está claramente regulado por la LEIV, pareciera que ni la Fiscalía ni los tribunales hacen lo suficiente para castigar esas prácticas repetitivas.

Durante años hemos visto esas expresiones en redes sociales incluso contra personas públicas, funcionarias, diputadas, periodistas, abogadas, empresarias. Las insultan, las cosifican, incluso las acosan sexualmente, las denigran por el hecho de ser mujeres. Y muchos de los autores de esas expresiones de violencia también son individuos públicos que nunca han recibido castigo por esa conducta asquerosa y delictiva.

Los hombres de verdad tratan a las mujeres con la dignidad y el respeto que se merecen. La misoginia y el machismo son denigrantes tanto para sus víctimas como para esos hombres que se atreven a continuar con esa conducta. La justicia salvadoreña debe tomar cartas en el asunto e imponer un precedente ejemplarizante para que se respete a la mujer en redes sociales.