El café es un sector dinámico en la economía y representa de los productos de mayor valor que El Salvador exporta. /DEM


El sector caficultor ha estado en la historia de El Salvador por más de 200 años y es el principal generador de biodiversidad y empleos en la zona rural. Sin embargo, en la última década se sumergió en una severa crisis por los estragos del cambio climático y la caída brusca de los precios internacional.

Más de 15,000 productores participan de la cadena de café. Se contabilizan entre 15,000 y 20,000 fincas distribuidas en las seis cordilleras cafeteras a nivel nacional y, en cada una de estas fincas, se albergan de 3,000 y 4,000 plantas de café por manzana con hasta 100 árboles de sombra. A esto se le conoce como el bosque cafetero, pero “realmente para el país es el bosque forestal”, afirma el especialista en producción y exportación de café, Ernesto Telles.

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Además de su aporte ambiental, financió a inicios de 1900 la construcción del Palacio Nacional en el corazón de San Salvador y sus impuestos se utilizaron para varias obras públicas a lo largo del siglo pasado. Sin embargo, en el ciclo de 2012/2013 sufrió un severo brote de la roya que minó la producción con una caída por más de un millón de quintales.

El sector no se recuperó en los siguientes años y a inicios de 2017 comenzó la crisis de los bajos precios internacionales. Esto agudizó la situación financiera de los productores, quienes no esperaban los efectos de la pandemia ni los daños de las fuertes lluvias ocasionadas por la tormenta Amanda y Cristóbal. El riesgo es, dijo el especialista, es que ahora las fincas se encuentran en una situación similar a como estaban en 2013 y existe alta probabilidad de un nuevo brote de la roya.



“No hacer algo para el café es sacrificar al mismo país. Creo que tiene que haber un momento que al sector cafetalero ya no lo vean como un sector que se beneficia sino que, cuidar el bosque cafetero, es cuidar al único sector que está reforestando al país”, indicó el especialista durante la entrevista Sin su permiso, de Canal 33.

Telles afirma que por cada 100,000 quintales que se producen se generan 10,000 empleos. El temor del sector, antes de las lluvias, era que la producción continúe bajando de los 716,000 quintales obtenidos hasta abril pasado del ciclo 2019/2020 a cerca de 500,000 unidades para el próximo ciclo que iniciará en octubre.

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El sector además siembra cada año más de 15 millones de plantas, acompañadas de árboles de sombra. “No es posible que exista una indiferencia tal de cómo este sector va agonizando. Yo creo que el café está en cuidados intensivos”, comentó.

Para que una taza de café llegue a la mesa de un salvadoreño tiene que pasar por toda una cadena de producción que genera más de 50,000 empleos directos. Inicia con los productores en las fincas, pasa a los beneficios o cooperativas, y llega a un tostador que debe aplicar un método para transformar las propiedades del grano antes de entregarlo al comprador. Finalmente, llega a las cafeterías donde los baristas preparan bebidas especializadas o se comercializa en el mercado, incluso se exporta.

Para que este cadena se mantenga, agrega el experto, es "fundamental" el financiamiento para la obtención de materias primas y asesoría. Telles recomienda destinar apoyo de los $3,000 millones de nueva deuda que tiene permitido el Ejecutivo contraer para enfrenta la pandemia del coronavirus.

"Lo urgente es afrontar lo que está sucediendo (las lluvias). Lo que nos viene, cuando venga el sol, es un ataque fuerte de roya (...) Luego lo más estructural es financiamiento, tiene que haber una reestructura de la obligación que tiene los productores, una vez reestructurada la deuda tiene que haber créditos de corto plazo", matiza.

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